Estados Mentales

El otro día escribí algo que quizá no fuera algo que hoy siento, pero esa es la parte bonita de los blogs, que se puede apreciar la evolución de las personas a través de sus post. Y por suerte, queda como un legado para la posterioridad (nota mental: tengo que hacer algún backup de todo esto).
Me refiero en concreto a la entrada de Las patatas y la carne y Síndrome Postvacacional.
Ambas están escritas en un bajón psicológico, quizá provocado por el agobio del curso frente a la época vacía de preocupaciones que supone el verano.
Creo que ya se me ha pasado. Por un lado, he pensado que, aunque no esté tan agusto en clase como sería deseable (probablemente influido porque soy poco hablador), me he dado cuenta de que lo importante no es eso. Lo importante es tener a alguien con quién charlar a la hora de comer y punto.
No quiero decir que en la universidad esté mal, sino que simplemente, la gente que queda no es con la que más coincido en intereses y gustos. Me llevo bien con ellos, con todos, pero no termino de enganchar con su filosofía de vida.
Fuera de la universidad, tienes los amigos de siempre que son los que de verdad cuentan a la hora del día a día y del mes a mes. Gente con la que contar si pasa algo y que cuenten contigo de igual forma.
Gracias por estar ahí.
Retomando el tema del bajón, es posible que no me lo pase tan bien como quiero, pero la carrera me gusta y ya sé porqué es:
Lo primero es porque la Economía me gusta, la parte de LADE, me gusta porque tengo cierta facilidad, forma parte del día a día y es útil para la vida laboral.
Lo segundo es que hago una Ingeniería, parece una tontería, pero poder llamarse a uno mismo ingeniero (o proyecto de) le da un nivel especial por encima de hacer una diplomatura o una licenciatura y todo se lo debemos a las matemáticas. No quiero que los lectores se me enfaden por esto, es igualmente digno estudiar una cosa que otra, pero la ingeniería pone el listón más alto y para alguien con afán de autosuperación supone una diferencia.
Lo tercero es que es de Informática, y a mi los ordenadores me gustan. Lo que más agradezco de primero es haber aprendido a programar, aunque sea un lenguaje secuencial como TurboPascal, pues era una ambición que había anhelado desde hacía más de 6 años.
Resulta gracioso, que los propositos de las entradas que he mencionado antes, se empiezan a cumplir en la forma de focalizar la concentración sobre temas concretos.