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  1. (9 de abril de 2005)Jimli Stormhammer 0 com.

9 de abril de 2005

Jimli Stormhammer

Para la partida de Earl, creé un personaje. Un auténtico horror enano, muy carismático, eso sí. Procederé a su descripción.

Jimli Stormhammer veterano del asedio de Campo Gnomo, luchó en 3 de sus frentes alrededor de la ciudad. Sólo vió algo acción cuando se le ordenó asaltar la sección sur de la ciudadela (la de la puerta). Las marchas de la compañía le dejaron el cuerpo con una inacabable necesidad de líquido, lo que hace que ante la necesidad de expulsarlo, sude mucho. Sin embargo, no suda como para llegar a ser desagradable e intenta mantenerse razonablemente limpio.
En el ejército generó una pequeña fortuna jugando a diversos juegos de cartas, donde desarrolló una impresionante habilidad para lo juegos de azar y para mentir (lo hace tan bien que ya no sabe dejar de hacerlo), sin embargo, también aprendió cuando retirarse para conservar su dinero.
Tras licenciarse, trabajó como guerrero de alquiler en muchas ciudades de Mondo Gargüis, incluyendo también diversas minas, hasta el punto de especializarse en guardaspaldas minero, llegando a preferir el pico, como herramienta-arma antes que otras armas como la espada, que le regaló su padre cuando regresó a casa.
Después cedidió dedicarse a las compañías aventureras, pues consideró que era momento de intentar hacerse rico. Una de sus primeras eventuras le llevaron a atacar, junto a otros tres enanos un pequeño pueblo de hadas duende. Fué un fracaso y Jimli perdió la visión de un ojo cuando un hada duende en combate singular, le perforó el ojo izquierdo con un petit estoque, vaciándoselo. Por suerte, tuvo la suficiente velocidad como para no perderlo y se le volvió a hinchar, sin embargo había perdido la visión de forma definitiva. También había ganado una preciosa cicatiz que le cruza la cara desde la oreja izquierda hasta el ojo tuerto.
Algún tiempo después de ese episodio, Jimli se vió enfrentado a más de lo que podía masticar y un semiogro le impactó (crítico!) con un hacha en la cabeza. Afortunadamente, el golpe vertical sólo hundio ligeramente el cráneo del enano y le sacó el ojo ("literalmente") , desafortunadamente el efecto del cráneo más cerca del cerebro que antes (incluso algunas matasanos aseguran que tiene astillas clavadas en él) le provoca sus carácterísitcos tics nerviosos (uno en el ojo izquierdo, que le hace guiñarlo aleatoriamente 1-4 en 1d6, salvo cuando se enfada, o en HackFrenesí que asciende a 1-9 en 1d10 y el otro, sobre el hombro derecho) y la peor secuela fue ataques del Gran Mal, que le dejan incapacitado algunos asalta casitodos los días.
Uno de los primero ataques que tuvo, le hizo tragarse su lengua hace ya tiempo, por lo que ahora se ve obligado a hablar a través de una pizarra y mandar las señales de peligro mediante un silbato, que aunque su padre le intentó enseñar a tocar con un poco de estilo, el pobre Jimli, traumatizado como estaba, fué incapaz de aprovecharlas realmente.
Después regresó a la vida de aventuras, buscando alguna solución mágica a sus problemas motrices y vocales, ya no tan interesado en el dinero en sí (aunque ayuda a sobrevivir) si no en poder retirarse razonablemente entero.
Por supuesto, es fiel creyente de Odín, sobretodo después de perder el ojo, pues cree que es una señal divina de que está haciendo bien su trabajo como guerrero (al hacerle Odín parecerse un poco más a Él).
Y odia a los druidas, uno de ellos le cortó el dedo anular cuando encendió su bosque (¡tenía mucho frio, joder!)
La verdad es que algún que otro defectillo sí tiene. El más molesto quizá sea cuando se pone escribir rápidamente en su pizarra como le fueron pasando las cicatrices y después se dedica a describirlas lo más graficamente que puede, tocando el pito cuando nadie le hace caso.
Por lo demás, se podría considerar guapete, aunque suele caer simpático cuando se le ve por primera vez, en bastantes ocasiones te arrepientes de haberlo conocido (cuando te saca hasta la última moneda de oro jugando, por ejemplo) pero son dos brazos fuertes y experimentados dispuestos a hechar una mano cuando puede.